jueves, 13 de abril de 2017

El dedo

Un hombre pobre se encontró en su camino a un antiguo amigo. Éste tenía un poder sobrenatural que le permitía hacer milagros. Como el hombre pobre se quejara de las dificultades de su vida, su amigo tocó con el dedo un ladrillo que de inmediato se convirtió en oro. Se lo ofreció al pobre, pero éste se lamentó de que eso era muy poco. El amigo tocó un león de piedra que se convirtió en un león de oro macizo y lo agregó al ladrillo de oro. El amigo insistió en que ambos regalos eran poca cosa.
 -¿Qué más deseas, pues? -le preguntó sorprendido el hacedor de prodigios. 
-¡Quisiera tu dedo! -contestó el otro. 

FIN
-Feng Meng-lung

martes, 4 de abril de 2017

Viejas sangres siempre olvidan.

Una vez mas el fantasma se acercaba al espejo para ver si se reflejaba o solo era un espejo vació como el resto, para su sorpresa esta vez no estaba vacío, apenas se reflejaba, la dolida alma en pena empezó a cuestionarse una vez mas si estaba en el lugar correcto, el siempre protegía a quienes vivían en su casa aunque ellos nunca lo vieran.
Esta vez las cosas iban a ser distintas, el fantasma ya cansado en busca de atención decidió partir por mucho tiempo y ver si realmente importaba su presencia, una vez mas con aire de decepción se dió cuenta que presente o ausente la casa no tenía cambios, seguía igual de tibia que cuando se fue y entendió finalmente que no importaba quien fuera, simplemente iba a estar allí por siempre y nunca iba a ser notado.