domingo, 1 de noviembre de 2015

Fuego ardiente de nuestro sufrimiento.

Oh, el viento nos ataca nuevamente solo que esta vez con besos de muerte, con toda su frialdad ha quebrado cada hueso, ero cada herida que produce no duele hasta que se va, y si no estas contento con el dolor el tiene nuestro firmamento, y nuestro corazón arde en llamas del fuego eterno que tanto nos has protegido, se ha revelado y ha violado cada ley que cumplimos donde no debemos matar, oh...no dejes que el viento se acerque a los niños heridos porque entonces sus frágiles cuerpos arderán en el odio del viento, oh...nuestro corazón arderá tanto como sus cuerpos, nada podremos hacer porque ya la muerte los tiene y no podremos salvarlos, acaso salvarlos es una opción pero lo dudo, sacrificaríamos nuestro cuerpo para que nuestra alma sea esclava del sacrificio eterno donde la muerte es inminente y el firmamento no encienda, donde nuestro corazón arda, donde nuestras comunicaciones sean gemidos de dolor donde solo habrá sufrimiento.

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